Durante el transcurso de los últimos veinte días Pergamino sufrió una seguidilla de siniestros viales de carácter muy grave. En primer lugar un niño de diez años sufrió un severo traumatismo de cráneo en un choque entre un automóvil en las proximidades del Parque Belgrano; en la madrugada del sábado 29 de marzo un joven de 21 años perdió la vida en el Terraplén del arroyo Pergamino, en las proximidades del Puente de la Mujer, luego de que un individuo a bordo de una motocicleta de 150cc que transitaba sobre el Paseo Ribereño (lo cual no está permitido) intentara realizar una maniobra conocida como "Willy" o "Wheelie" (que consiste en levantar la rueda delantera y transitar la mayor cantidad de metros posibles sólo apoyado en la trasera) y perdiera el control, impactando contra la víctima.
Dos días más tarde, un hombre que se desplazaba por la avenida Ameghino en dirección Sur-Norte en una motocicleta de 110cc al llegar a la intersección con la calle Salta fue embestido por un camión de gran porte que intentaba cruzar la avenida; el conductor del rodado menor perdió la vida.
Los hechos revisten tal gravedad que generaron de inmediato consternación y gran preocupación entre los pergaminenses, ya que durante el transcurso de los días siguientes también se produjeron varios siniestros con resultados menos graves pero que contribuyeron a generar la conclusión de que existe en la ciudad un problema en relación con las normas de tránsito y su cumplimiento.
De hecho el concejal Ramiro Llan de Rosos, que pertenece a Juntos por el Cambio pero que tiene una postura opositora al actual Gobierno municipal local, presentó el viernes un proyecto de ordenanza para declarar la Emergencia Vial en todo el Partido de Pergamino.
En ese contexto, estuvo presente en la última edición de EN VIVO: DiarioNucleo.com, que se emite los martes a las 19 por la señal de streaming Fana Digital, el técnico en Seguridad Vial Héctor Osvaldo Escalera, con más de 25 años de experiencia en el tema y probablemente el pergaminense más versado en esta materia específica.
Escalera cuenta además con una extensa trayectoria en distintos medios de comunicación, donde realizó numerosas columnas y programas destinados a educar y concientizar sobre la necesidad del acatamiento de las normas de tránsito.
A fines de 2024, la labor de Héctor fue reconocida por Luchemos por la Vida, una Asociación Civil que impulsa la Seguridad Vial a nivel nacional.
¿Cómo surgió tu interés en la Seguridad Vial?
La verdad es que siempre digo que a la Seguridad Vial me la choqué: yo jugaba al fútbol, en Douglas y se da el caso de que el club desciende y me quedé sin trabajo; así que salí a buscar empleo y el primer trabajo que encontré fue de inspector de tránsito. No quería trabajar en ese puesto porque tenía un prejuicio que me hacía verlo como algo negativo. Pero más adelante; al empezar a leer y estudiar las leyes, pude relacionar algo negativo con una realidad positiva: Ocurrió que una vez una persona me insultó por pedirle que moviera su auto mal estacionado, y eso hizo que empezara a estudiar para no pasar por esa situación de desconocimiento. Fue justo hace 25 años, en 2000, cuando la Municipalidad decidió dejar de permitir el estacionamiento sobre la mano izquierda.
Desde entonces siempre trabajé y me dediqué de lleno al tema de la Seguridad Vial.
Pero no te quedaste en un curso sino que terminaste estudiando en la Universidad.
Claro, empecé a armar un archivo de leyes y ordenanzas. Compañeros con más experiencia me consultaban. Un día fuimos a un curso de licencias en Chivilcoy y un orador anunció la tecnicatura en seguridad vial en la UTN San Nicolás. Así empecé, y hoy tengo el placer de ayudar a coordinar esa tecnicatura y estar al frente de la materia troncal.
Hay algo interesante en lo que decís, porque todos somos actores del tránsito y deberíamos estar capacitados.
Exactamente. La ley de tránsito es un compendio de información para evitar la subjetividad y que todos cumplamos normas para no lastimarnos. Lamentablemente, en nuestro país falta conocimiento y respeto por esas normas. Un ejemplo es el uso de la luz de giro izquierda para indicar que no pasen, que muchos interpretan erróneamente como una cortesía para adelantar. Esto, como en el caso de la hija de Tití Fernández, puede tener consecuencias fatales.
Y vemos inconductas como el "Willy" en moto, que lamentablemente ha resurgido en la ciudad.
Sí, y eso demuestra una indolencia hacia las leyes. El La técnica hay que usarla en lugares seguros. Recordemos el caso de la persona mayor golpeada hace años por alguien haciendo Willy.
Justamente, está toda la ciudad hablando de lo ocurrido este fin de semana con este tema. ¿Hasta dónde es falta de conocimiento? Porque circular por el terraplén con una moto, haciendo Willy o no, es claramente una infracción.
Exacto. Hay una mezcla de falta de conocimiento e indolencia. Traigo un ejemplo: ante cables caídos por una tormenta, la mayoría los esquiva por miedo a la electricidad, aunque no sepan técnicamente por qué es peligroso. No tenemos ese miedo desarrollado hacia el tránsito porque no se nos enseña a tenerle miedo, y presuponemos que no nos va a pasar nada.
Me acuerdo de un caso que contabas de una madre que se preocupaba más porque su hija no se resfriara que por que usara casco en la moto.
Exacto. En pandemia veíamos gente con barbijo y sin casco. El miedo al virus era mayor que el miedo a un golpe en la cabeza. Presuponemos que el tránsito es simple, pero ya no es el Pergamino de hace 25 años. Hay muchas motos, conductores distraídos por el celular, este aparatito que se ha metido en nuestras vidas y nos lleva a actuar como zombies. Debemos tener en cuentra que a 40 km/h recorremos más de 11 metros por segundo. Mirar el celular dos segundos significa avanzar 22 metros a ciegas. Por eso las velocidades máximas están establecidas; a 60 km/h un auto recorre casi 17 metros por segundo, mientras que un peatón hace 1.5 metros.
Recuerdo que en una época mostrabas cascos partidos que salvaron vidas.
Sí, el casco no siempre evita la muerte, sino también lesiones graves. Un casco con la frente rayada por una abrasión muestra lo que podría haber sufrido el rostro de esa persona. Siempre recomiendo el casco integral cerrado, porque los abiertos o rebatibles pueden no proteger la cara en una caída. Hay que tenerle miedo al tránsito para tomar precauciones como usar el cinturón y el casco sin que sea una obligación vacía del Estado, sino por el valor de nuestra vida y por nuestras familias.
En Pergamino convivimos con todo tipo de tránsito, desde peatones y ciclistas hasta camiones de gran porte, como ocurre en el tándem de avenidas Barrancas del Paraná; Florencio Sánchez y Almafuerte.
Te referís a la mal llamada circunvalación, que ha sido escenario de muchos siniestros. Ese es el problema con los vehículos de gran porte; el camión no necesita velocidad para ser letal, el aplastamiento por el peso es suficiente.
Muchos dicen que la moto es peligrosa, ¿Eso es cierto o no?
Para mí no lo es, pero hay que entender los riesgos. El equilibrio depende del conductor y es fácil perderlo. Los corredores entrenan en pistas seguras, con asistencia inmediata y el mejor equipamiento. En Pergamino, el principal choque es moto-auto, seguido por moto-moto. Esto nos indica una tendencia al no respeto de las motos. Hay que anticipar las acciones propias y las de los demás, y usar las luces para comunicarnos. El código de luces no debería cambiarse para evitar confusiones, especialmente en días de baja visibilidad.
En Pergamino hemos visto varios incidentes recientes. ¿La ciudad tiene una mayor o menor incidencia de siniestros comparada con el promedio nacional?
Eso es algo aleatorio. Lo único que se hace es mayor control, pero se necesita un trabajo mucho más grande para cambiar la cultura vial. Las estadísticas anuales no siempre reflejan el trabajo realizado, sino también el factor suerte. Yo creo que en el tránsito no hay mala suerte, sí buena suerte para quienes infringen las normas y llegan a destino sin consecuencias. Pero chocar es consecuencia de no respetar las reglas.
A fines del año pásado fuiste premiado por la Asociación Civil Luchemos por la Vida, una de las más prestigiosas a nivel nacional.
Sí, eso fue una muy grata sorpresa. Me nominaron y finalmente gané el premio por el programa "Red Vial" que conduzco en Teleper, que surgió como un desafío de Ángel Pinto, un amigo que me lo propuso y desde entonces llevamos seis temporadas y hemos tenido repercusión incluso en otros países. Es una alegría que Luchemos por la Vida haya reconocido este trabajo. La asociación ha evolucionado mucho desde el fallecimiento de su fundador, y hoy está mirando más al interior del país. Lo cual es positivo porque Argentina es un país muy grande y existen realidades diferentes y lo que se necesita en un lugar tal vez no sea necesario en otro; por eso es importante tener una visión global porque el interior también necesita contar con más Seguridad Vial.
Héctor, la ciudad está consternada por los hechos recientes: ¿Qué mensaje podés darle a la gente para reconfortar y pensar que las cosas pueden cambiar?
Mi mensaje es simple: para entender un problema, hay que reconocer que uno es parte de él. Si no reconocemos que somos parte del problema del tránsito en Pergamino, difícilmente cambiaremos nuestra forma de circular. La buena noticia es que si hacemos esa introspección, también somos parte de la solución. Si cada uno cambia su actitud, el tránsito será más sano. Lamentablemente, hoy se ven más las inconductas. Vemos gente esquivando controles con niños en la moto, agresiones a inspectores... La falta de respeto por las normas puede tener consecuencias fatales. El joven que atropelló al peatón se filmaba haciendo Willy en redes sociales. Una sola vez que se equivocó, mató a alguien. No tenemos que llegar a eso.
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